Uno de los elementos que más influye en nuestro bienestar son las conversaciones que mantenemos a lo largo de la vida, no precisamente con los demás sino con nosotros mismos. ¿Quién no se ha sorprendido alguna vez diciéndose lo que podría hacer ante una decisión, aquietándose en una situación de tensión o reprochándose un hecho?
Los diálogos más importantes son los que mantenemos con nosotros mismos. Estos diálogos se establecen entre dos partes de uno mismo que entran en conflicto, desacuerdo, etc.
Su objetivo es claro: resolver un conflicto interior entre algo que se desea o se necesita y algo que interfiere en ese deseo o necesidad. Con frecuencia en el conflicto esa parte que interfiere es rechazada, criticada o incluso negada. De esta manera aunque puede no ser vista sigue operando y manifestándose. ¿Cómo podemos resolver algo sin tener en cuenta lo que interfiere?
Estos conflictos interiores cuando no son conscientes se manifiestan en conflictos en las relaciones con los demás a través de ciertas actitudes y conductas. De esta manera una persona muy exigente consigo misma en no equivocarse puede recriminar a los otros y exigirles que no se equivoquen.
¿Cómo nos relacionamos con aquellos aspectos que menos nos gustan de nosotros mismos? ¿Qué nos decimos ante aquello que hicimos o hacemos que no nos convence? Esta cuestión es clave para la resolución y va a determinar cómo solucionamos los conflictos interiores: la manera en cómo nos relacionamos con esos aspectos de nosotros mismos.
En el proceso de cambio de estos aspectos van apareciendo diferentes agentes, así pasamos de adoptar papeles de personajes críticos, jueces y evaluadores hasta llegar a asistentes, consejeros, testigos, espectadores y finalmente escultores que toman lo que hay y construyen lo que desean.
Ser conscientes de los diálogos internos y de las dinámicas que se crean nos permite solucionar los conflictos interiores y mejora la relación con los otros. Y sobre todo nos permite recuperar la energía de aquellos aspectos que por no ser vistos, deseados y/o aceptados pierden la oportunidad de hacernos más completos y con más recursos.
Espero que estas reflexiones abran nuevas vías para entender cómo nos relacionamos individualmente y en las relaciones con los demás. Feliz viernes!
Pingback: Vivir en automático | IRENECALATAYUD
Pingback: Construyendo hábitos | IRENECALATAYUD
Pingback: El temor a fallar | IRENECALATAYUD
Pingback: Aquí y ahora | IRENECALATAYUD
Pingback: Encuentra tu voz interior | IRENECALATAYUD
Pingback: La grandeza de las pequeñas cosas | IRENECALATAYUD
Pingback: El crítico interno | IRENECALATAYUD