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El crítico interno

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Seguro que sabes de quién hablo cuando hablo del crítico interno. Creo que más que crítico lo tendrían que llamar torturador, pues el efecto que resulta es más una tortura que otra cosa. Todos llevamos esa parte exigente, constante que repite lo mismo una y otra vez.

Se manifiesta a través de los juicios, los reproches, los deberías y la culpabilidad. Aparece cuando algo se ha salido de lo previsto, de lo establecido, de lo correcto, de lo que tomamos por bueno. Uno siente que ha fallado, que no ha hecho las cosas ´bien hechas´ o ´cómo habría que hacer las cosas`.

El crítico vive en el paradigma de lo que está bien y de lo que está mal, de lo correcto y de lo incorrecto, de soy bueno si hago esto y en caso contrario soy malo.

Cuando detrás de una actuación hay un juicio es que vivimos en una conciencia antigua, de niños. Algo duele, uno siente que ha hecho algo imperdonable, que no se puede justificar. No se puede aceptar de ninguna de las maneras.

Con esta actitud de juicio este patrón de repetición se acentúa más. A menudo los adultos tienen la creencia de que  con el arrepentimiento uno no volverá a repetir eso que juzga incorrecto, pero es falso. El juicio nos ata más a repetir los patrones. Lo que verdaderamente nos puede sacar de ese patrón es la aceptación. Pero no es una aceptación cualquiera. A veces uno piensa que la aceptación tiene que ver con reconocer mentalmente el acto, mientras que eso solo sigue siendo un parche. Es necesario integrarlo a nivel global.

Para poder silenciar a este crítico hay que trascender esta asociación que hacemos entre hacer algo de lo que uno no se siente orgulloso especialmente con la identidad de ser bueno o malo o hacer las cosas correctas o incorrectas.

Es necesario ver que una cosa no tiene nada que ver con la otra, a menudo esto tiene que ver con lo que llamamos pensamiento mágico, puedes ampliar información sobre esto aquí. Cuando podemos entender que en la vida a veces actuamos acorde a lo que esperamos y a veces actuamos en menos concordancia e independientemente de esto somos merecedores de respeto y no tiene que ver con ser buenos o malos el crítico deja de torturar. Dejamos de entrar en diálogos internos que nos roban energía.

Como decía Jung: ´Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma´.

Feliz viernes!

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