El poder de la GRATITUD

Casi iniciando mis vacaciones tengo un sentimiento constante de gratitud y tomo conciencia de cómo experimentar gratitud nos hace abundantes, libres y nos transforma como seres humanos.  

Siento un profundo agradecimiento hacia personas, momentos y situaciones vividas en el último tiempo que me inundan de una paz insondable, y compruebo que este es el efecto del verdadero agradecimiento: paz en el corazón.

La gratitud, sentida, es un reconocimiento que elimina la deuda hacia las personas, situaciones, hacia la vida: Nada te debo, nada me debes. En las relaciones cesa la exigencia, la creencia egoica de que el otro tiene algo pendiente con uno o uno tiene algo pendiente con el otro, incluso de que la vida nos debe algo.     
Es un acto de pura libertad.

La gratitud es aceptación. Nos ayuda a cerrar etapas de nuestra vida para poder transitar hacia otras fases con energía, presencia y reconocimiento de aquello que vivimos y no pudo ser de otra manera.

Su importancia es tal que la podemos encontrar presente en muchos ritos de paso de nuestra vida: ceremonias, homenajes, incluso funerales donde de alguna manera honramos a las personas con las que nos encontramos, celebramos y de las que nos despedimos.

Agradecer nos ayuda a soltar. Una taza, dice Krishnamurti, solo sirve cuando está vacía. No sirve una taza llena: no hay nada que se pueda agregar en ella.

Cuando soltamos, vaciamos y trascendemos aquellas actitudes de exigencia, demanda y deuda en las relaciones y situaciones de la vida podemos enriquecernos con nuevas experiencias y formas de relacionarnos. Se produce una liberación que nos conecta con la abundancia.

Deseo que podáis conectar con la gratitud y experimentar toda su riqueza. ¡Nos vemos a la vuelta de las vacaciones, GRACIAS!

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