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Conectándonos desde el silencio

En el silencio ocurren cosas, que, generalmente, tendemos a evitar, y que, sin saberlo, son la llave que nos conduce a nosotros y al otro.

Tenemos tendencia a rellenar el silencio con conversaciones banales a modo de pasatiempo que, por momentos, evitan que nos sintamos incómodos y que nos escuchemos a nosotros mismos. Sin embargo, no es sino con el silencio donde nos encontramos a nosotros mismos.

Muchos acontecimientos de la vida necesitan de silencio para ser trascendidos, la pérdida de una persona significativa, la insatisfacción derivada de asuntos laborales, afectivos… muchos de los cuáles acaban por eludirse.

Mediante la práctica del silencio conectamos con aquellas cuestiones más relevantes y encontramos aquello que necesitamos.

Parte de la sintomatología presente en trastornos de estrés, ansiedad, etc. tiene que ver con una acumulación de tensión donde uno trata de buscar respuestas con mucho ruido de fondo, con muchos pensamientos que van y vienen y generan más ruido.

El silencio es más que necesario. Podemos decir que es aquel lugar en el que uno puede hallarse a sí mismo.

En las relaciones, especialmente en aquellas relaciones más íntimas podemos conectar más con el otro cuando permanecemos en silencio que cuando hablamos. Hay una frase de Alejandro Jodorowsky que dice así: ´Para hablar con un preso tienes que entrar en su calabozo y para escuchar al otro tienes que dejar de oírte a ti mismo`. En este sentido el silencio que se genera permite conectar con el otro al poder escuchar lo que resuena en él.

Cuando renunciamos a la palabra y estamos en disposición de escucharnos y escuchar al otro (entendiendo ´escuchar´ como sentir y/o percibir), podemos comunicarnos desde ahí, desde donde podemos captar cosas que no son accesibles por otro canal como el verbal. Por consiguiente, desde lo que sentimos resolvemos más que cuando nos empeñamos en discutir de primeras.

Aunque existen épocas de nuestra vida en las que quizás no nos planteamos estas cuestiones, en algún momento de nuestra existencia esto se convierte en un imprescindible que atender.

Por mi parte me despido por el momento tomando un tiempo de silencio hasta septiembre donde seguir compartiendo desde este blog.

Felices vacaciones amigos!

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