
La libertad es aquello que ocurre cuando la persona se desprende de cualquier requerimiento para cubrir su necesidad existencial más emergente.
Hemos crecido condicionando nuestras necesidades de afecto, descanso, diversión, satisfacción, poder…. El origen de nuestra frustración se debe, en muchas ocasiones, a la confusión sentida entre nuestra necesidad y la manera o la vía de satisfacer esa necesidad, es decir, el cómo, cuando, dónde, con qué y con quién.
Las necesidades humanas son demasiado importantes para reducirlas a un objeto, persona o momento para satisfacerlas.
Adultos que sufren esperando el viernes para tener descanso, adolescentes que sienten valor si tienen ´X´ seguidores en su cuenta de Instagram, niños que esperan a comprar un juguete nuevo para poder sentir diversión…
Cada vez que condicionamos una necesidad humana a una manera de satisfacción nos atamos, nos hacemos esclavos de esta manera de satisfacción y dejamos sin cubrir nuestra verdadera necesidad cuando no podemos acceder a esa estrategia. Pasa con la moda, la tecnología y tantas otras cosas.
No es extraño ver cada vez más niños y adolescentes en terapia que han perdido el sentido de sí mismos. Están confusos, extraviados, anhelando conectar consigo mismo y con lo que verdaderamente necesitan.
Es necesario que algo o alguien les ayude a liberarse, a despertar de esto que han creído que era lo que necesitaban. Las ideas sobre la felicidad, el éxito, el descanso, la diversión… cómo sociedad tenemos un trabajo pendiente de cuestionar lo establecido. Algunos adolescentes lo consiguen cuando van a terapia, otros cuando sus padres toman conciencia.
Cómo madre me siento en el deber de que mi hijo crezca en una sociedad dónde pueda cuestionar estas ideas, donde llegue a ser un adulto libre de apegos que conquiste su libertad interior y pueda gozar de ella.
Es cierto que podemos liberarnos de esto y liberar a otros dejando de reducir nuestras necesidades más importantes. De esta manera uno podrá ser más creativo en su proceso de crecimiento y sentirse más dueño de sí mismo.
Hasta la próxima, feliz día!