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Amar la verdad

Una de las cosas que nos limita y empobrece en las relaciones con los demás y en nuestro crecimiento personal es la falsedad o la falta de autenticidad.

La vida es demasiado corta para vivir sin conciencia de lo que hay y de lo que es. Muchas personas se creen felices en la ignorancia, sea cual sea el ámbito al que esta se refiera; ya sea en su relación de pareja, en el trabajo, en aquello que siguen anhelando y no va a llegar…

El dolor de descubrir la verdad resulta desgarrador. A veces no hay otra manera, como decía en el post de la semana anterior, no queremos sufrir, esto es muy humano; y pensamos que evitando sentir evitaremos el sufrimiento, sin saber que así lo agravamos.

El precio que pagamos por evitar un dolor temporal que es humano y forma parte de la vida acaba convirtiéndose en un tiempo no vivido. No queremos sentir el dolor de no ser queridos, no queremos sentir que el trabajo en esa empresa nos mantiene sin interés… hasta que llega el día en que uno no puede ser ciego a algo que se hace evidente.

Recuerdo hace un tiempo una persona que me contaba que desde hacía años notaba un cierto descontento en su relación de pareja pero que no daba importancia por pensar que estas cosas eran habituales de todos los matrimonios, hasta que des-cubrió la verdad que encerraba. Recuerdo su frase como si fuese ayer: ´Cuando decidí quitarme la venda de los ojos respiré. Durante todos estos años he estado viviendo una mentira´. Sin duda aquél fue un inicio claro de lo que iba a ser su nueva vida. Fue doloroso y a la par liberador.

Y es que cuando uno deja que se mueran las mentiras que le habían ´consolado´ durante mucho tiempo algo se rompe y algo también nace.

Si me preguntas si yo amo la verdad sería poco genuino decirte que sí, que siempre es gratamente recibida, como todo, también tiene que ser digerida. Sin embargo sí puedo decirte que la estoy amando, pues cada vez que me encuentro con ella algo nace y algo crece, algo se libera.

Aquello que no se siente, aquello que no miramos… (sea de un color que nos guste más o que nos guste menos) se convierte en algo que no vivimos.

Os dejo con estas reflexiones. Feliz viernes!

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