A menudo el proceso de decidir y actuar respecto a algo se demora, no llega a darse o se desvía por un camino que nada nos satisface.
Tenemos demasiado ruido mental que nos confunde y nos distrae de aquello que sabemos que una parte de nosotros quiere o necesita. Olvidamos escuchar esa voz interior que nos habla, nos guía y nos orienta hacia aquello que es mejor para nosotros; aquella voz sabia que sabe el camino, que vive con nosotros y nos acompaña en nuestro crecimiento.
Resulta difícil escuchar esta voz, máxime cuando hay multitud de voces constantemente hablando por encima de esta con más presencia. Entre nuestros diálogos internos, nuestros miedos, lo correcto, lo adecuado, los consejos que se piden y los que no se piden, el querer anticipar como saldrá o como no… esta voz interna se ahoga, se pierde, se difumina…
Ya no solo resulta ser que estas voces están, sino que nos enganchamos a ellas, en el intento de encontrar una solución y una respuesta que nos satisfaga, nos aferramos fuerte; a algunas más que a otras.
Es como estar en un lugar en el que van apareciendo personas y se ponen a dialogar… Imagínate estar en un café con una persona tranquilamente a eso de media tarde, solamente con ella y con la persona que os atiende. Imagínate que en el espacio de 2 a 3 horas va entrando gente hasta ser aproximadamente 25 personas que empiezan a pedir, acuden más personas a servir y se cambia la música a por una música más rápida. ¿Menuda diferencia, verdad?
Pues bien, esto es lo que pasa en tu mente cuando todas estas voces empiezan a aparecer, con la diferencia que de una cafetería sales y dejas de escuchar, mientras que salir de tu mente… ¿¿¿cómo???
¿Cómo se sale de la mente? ¿Hay que salir realmente de la mente?
El principio empieza por darse cuenta de que dónde estás es precisamente en la mente, algo que parece obvio y sin embargo lleva su trabajo.
Hay un fragmento en la película del Guerrero Pacífico (¡seguro que ya me has oído hablar de ella!) que apunta: “Todo el mundo dice lo que es mejor para ti. No quieren que busques respuestas, sino que creas en las suyas. Tienes que dejar de recibir información del exterior y empezar a buscar información en tu interior, en ti. Es el único lugar donde encontrarás lo que necesitas”. Claro y directo.
La voz interior es como la voz del alma, en ella hallamos el camino a seguir,
Feliz viernes!
IRENECALATAYUD 