¿Qué sucede cuando un niño tiene miedo? ¿Cómo respondemos los adultos ante eso? ¿Qué nos pasa a nosotros con el miedo?
Hace un tiempo hablaba sobre la importancia de tomar el miedo y conocerlo para poder trascenderlo. Tenemos miedo a sentir miedo e intentamos que los niños no sientan miedo. Cuando lo sienten a menudo tratamos de quitárselo.
Ver a otra persona con miedo nos conecta con nuestro propio miedo, esto es un hecho constatado científicamente: las emociones nos conectan, gracias a esto tenemos la capacidad de empatizar con los otros teniendo que ver con esto las llamadas neuronas espejo. En algunas ocasiones nos damos cuenta y con algunas emociones lo vemos más claramente, sin embargo con otras emociones no es tan consciente.
¿Qué hacemos con el miedo de nuestros niños?
A veces lo minimizamos y no le damos importancia, incluso tratamos de exponer a los niños a ese miedo. Cuando el miedo se basa en una fantasía puede que se resuelva sin más, pero a veces ese miedo tiene unas raíces más profundas y la exposición lo que hace es empeorar la situación y producir que el niño se retraiga más.
Otras veces intentamos proteger al niño para que no “sufra”. Así evitamos que lo experimente, haciendo todo lo posible para que no lo sienta. Si uno no puede sostener el miedo no podrá ver a otro con miedo y tratará de ingeniárselas para ello sin darse cuenta.
Los niños necesitan hablar de sus miedos. Algunos de sus temores son el resultado de ideas erróneas y al expresarlos pueden darse cuenta de que no tenían fundamento y se desvanecen por sí solos. Otros miedos están basados en situaciones reales, sucesos que les han ocurrido y que temen que les vuelvan a ocurrir. Cuando esos temores son escuchados y respetados, cuando facilitamos que sean expresados el niño puede mirarlos y encararlos. Puede desarrollar la fuerza que necesita y enfrentarse a ellos.
Es posible que los niños trasciendan el miedo. Como en otras emociones resulta importante concederles un espacio y un lugar. Cuando permitimos eso, estamos facilitando que los niños se sientan escuchados y que naturalicen su vivencia interna, desde ahí es más sencillo para el niño y para el adulto.
Feliz viernes!
Pingback: Crecer con los hijos | IRENECALATAYUD
Pingback: Escenas temidas ¿qué son? | IRENECALATAYUD