“Tengo que…”, “Debería que…”, “No debo…” son ejemplos de cómo empiezan determinadas reglas/normas que hemos creado para estar en la vida y también de aquellas cosas que esperamos de los demás: “Deberías hacerme caso en lo que te estoy diciendo…”, “Tienes que tenerlo todo claro antes de empezar…”, etc.
Vivimos llenos de estas reglas y normas aunque de manera inconsciente. En cierta manera, forman parte de nuestras rutinas y nuestros hábitos y tienen un valor adaptativo, ya que aprendimos a tener que ser, hacer o sentir para estar en el mundo, para pertenecer a nuestra familia y socializarnos en nuestro entorno.
Algunas de ellas no nos interfieren; mientras que otras nos pesan, bloquean la creatividad y nos ocasionan malestar si nos desviamos de ellas. Son como carriles del tren que uno tiene trazados y si se sale, “descarrila”.
En psicoterapia, en concreto en el enfoque del análisis transaccional, se habla de los guiones de vida, donde existen, entre otros, mensajes recibidos y papeles que se espera que interpretemos. Estos mensajes y papeles han sido recibidos de manera indirecta y habitan en nuestro subconsciente. De ello derivan todas estas reglas y normas que adoptamos para cumplir los guiones.
En este sentido las “normas” y las “reglas” añaden exigencia, si se cumplen por el esfuerzo de no desviarse de ellas, y si no se cumplen por las consecuencias que ello supone.
El trabajo con los “tengo” y los “debo” es un trabajo de dedicación, y el primer paso es identificarlos. Algunas cosas que nos pueden ayudar es observar situaciones en las que nos sentimos incómodos: ¿cómo estamos tratando de ser? ¿qué tratamos de hacer? También que nos permitimos y que no, de qué manera escuchamos nuestras necesidades (¿las escuchamos?) y que hacemos con lo que sentimos.
Con ello ya tenemos trabajo hecho. ¿Qué os parece?
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