A veces uno se cansa sin hacer nada, otras no puede con su alma y otras se le escapa el tiempo de las manos.
A diferencia de los ladrones que todos conocemos este tipo de ladrones conviven con nosotros a diario y suelen pasar desapercibidos como tal; otras veces son bien conocidos.
Existen ladrones que roban la ilusión, la fuerza vital y la energía de las personas. A la vez todos ellos roban tiempo. Estos ladrones pueden ser situaciones en las que uno se estanca, personas con las que se mantiene una relación insana, pensamientos repetitivos, estados emocionales, televisión, noticias, etc.
Las personas tenemos un nivel de energía vital, unos más y otros menos. ¿Cómo invertimos esta energía vital? ¿En qué cosas y de qué manera?
Sucede que sin darnos cuenta, hacemos un mal uso de esta energía de la que disponemos, invirtiéndola en asuntos que la consumen y dejándola en niveles bajos para aquellas cuestiones que realmente nos importan.
A veces no se trata tanto de las situaciones que nos ocurren, de las dificultades y de los imprevistos sino de cómo nos relacionamos con eso que nos ocurre. Frecuentemente, olvidamos que tenemos el poder de decidir qué hacemos con lo que nos sucede y el significado que le damos.
Algunas ideas para gestionar nuestra energía vital de una forma nutritiva son:
- Identifica los ladrones de energía. ¿De qué manera te mantienen atrapado? ¿Qué sucede si dejas de darles lo que persiguen?
- Reflexiona sobre lo que has hecho la última semana. Una semana es un tiempo bastante amplio para saber en qué aspectos consumes la energía vital. (Puede que no te guste lo que observes… en todo caso ello te facilitará que pongas en marcha lo que necesites!)
- Escribe en un papel los aspectos más importantes en tu vida, por orden de prioridad (3 o 4). Los aspectos importantes que para ti te inyectan energía. Cuando sientas que algo se escapa, léelo y te ayudará a reorganizarte. En cada etapa de la vida son unos, asegúrate que los revisas con cierta frecuencia.
Por último me parece interesante compartir una reflexión de Victor Küppers, de que las personas somos como bombillas, porque transmitimos; transmitimos energía. Cómo explica él, somos bombillas con patas porque nos movemos por la vida, hay personas que van por la vida a 30.000 vatios y hay personas que van fundidas.
Y tú, ¿qué transmites?
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