Al igual que ocurren en cada persona, en la pareja también tienen lugar: los asuntos inconclusos. Son situaciones pendientes que van emergiendo a lo largo de la vida y permanecen sin cerrarse. Desde la Psicología Gestalt también reciben el nombre de Gestalts inconclusas o necesidades insatisfechas.
En la tradición budista se le llama cerrar círculos a la resolución de los asuntos pendientes. Algunos ejemplos de asuntos inconclusos son: duelos no resueltos, sentimientos no expresados, miedos no afrontados, decisiones no tomadas, etc.
En la medida en que no se cierran acaban condicionando la experiencia de vida, interfiriendo en el día a día y robando parte de la energía vital de la que disponemos.
Pero, ¿cómo se manifiestan los asuntos inconclusos en la pareja?
Los asuntos inconclusos en la pareja se manifiestan fundamentalmente en comportamientos repetitivos de los miembros ante determinados conflictos. De esta manera muchas veces la pareja evita determinadas situaciones como hablar de ciertos temas o realizar algunas actividades que desembocan en conflicto.
Por mucho que se evite el conflicto acaba saliendo, porque como todo asunto inconcluso, como toda necesidad busca resolverse. Y es entonces cuando entran en juego las tendencias o automatismos de cada miembro de la pareja que se repiten con el intento de aportar una solución.
Los conflictos de pareja pueden resolverse si los miembros de la pareja así lo deciden, siendo uno de los motivos frecuentes por los que acuden a terapia de pareja.
Si no se resuelven generan insatisfacción por su repetida aparición y la acumulación de energía invertida cada vez que se ha intentado concluirlos sin éxito. Muchas veces ello va unido a la desesperanza al pensar que es algo que no tiene solución y finaliza en rupturas.
Los asuntos inconclusos de pareja, frecuentemente, toman forma en no expresar las necesidades personales de cada uno, en ceder a peticiones que no son compartidas o en no manifestar la opinión sobre cuestiones importantes. Multitud de situaciones que mantienen ancladas a las personas en un estado de infelicidad.
No es extraño observar, como, en el fondo si una persona ha tenido diferentes relaciones de pareja, los asuntos inconclusos que se manifiestan son muy parecidos, por no decir iguales. Ello se debe principalmente a que son los propios asuntos inconclusos de cada miembro los que determinan los de pareja.
El primer paso es detectarlos, una vez detectados, ya hay mucho camino recorrido. ¿Te atreves?
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