Niños que se comparan

¿Qué valores estamos transmitiendo? ¿Qué significado le damos al éxito, a sacar la nota más alta o a ganar un premio en un concurso de talentos?

A veces escucho a los padres que elogian a sus hijos diciendo que son los mejores en tal asignatura o que han sacado la nota más alta e incluso a los mismos niños elogiándose a sí mismos por la misma razón.

No es el elogio de los padres o el elogio de los niños lo que me inquieta, sí lo que envuelve al elogio. ¿Qué mensaje les damos a nuestros niños? ¿Qué estamos reforzando?

El objetivo que se pretende es fomentar su autoestima y el resultado que se consigue es que esa autoestima se convierte en una autoestima dependiente, dependiente del resultado con que uno se compare y dependiente de que este sea mejor.

Considero que el elogio puede llegar a perjudicar tanto como la crítica si no se utiliza con conciencia, en algunos casos, incluso más.

Un niño tiene derecho a valorarse por lo que es, no solo por lo que hace o consigue. Cuando saca buenas notas o gana un premio es importante mostrarle la valoración y el reconocimiento de ello y también enseñarle a valorarse y a reconocerse a él. En caso contrario a superarse, o a aceptar que lo que hay también está bien.

Algo que parece tan obvio, me encuentro que en el día a día no se da. Padres que hablan a otros padres diciéndoles lo inteligentes que son sus hijos por sacar las notas más altas, tener un nivel más alto de un idioma, etc. Hijos que escuchan lo orgullosos que están sus padres e interiorizan mensajes de competitividad, ser los mejores, destacar, etc.

Una cuestión fundamental en la valoración del niño es la valoración de sí mismo en comparación con él y no en comparación con lo de fuera. Fomentar el desarrollo de sus talentos naturales como comentaba en este post y valorar sus logros en su propio proceso de crecimiento les ayuda a tener una autoestima saludable y a eliminar una competitividad que no hace sino distraer de lo realmente importante: ser uno mismo.

Feliz fin de semana!