Vivimos inmersos en una vorágine de ruido excesiva, tanto externa como interna.
Se estima que una persona puede tener de media unos 60.000 pensamientos al día. En la revista New Scientist se apunta que la mente es capaz de producir 10 elevado a 80.000.000.000.000 pensamientos diferentes! Casi nada…
Teniendo en cuenta que cada pensamiento va a generar nuevos pensamientos, nuevas conexiones cerebrales y a su vez ello va a generar determinadas emociones… que cada uno eche las cuentas… (Si te interesa puedes leer el artículo aquí).
No es posible dejar de pensar (si es posible hacerlo de la manera en que lo hacemos: automática e inconscientemente). Cuando alguien te diga ´no pienses en eso´ vas a pensar más en eso. Haz la prueba, dile a alguien la típica frase: ´No pienses en un elefante verde´ y seguro que la primera imagen que le viene es un elefante verde.
Puedes no escuchar tus pensamientos, puedes bajar el volumen de ellos, pero ellos siguen ahí. Si meditas o haces yoga seguro que has escuchado alguna vez ´es que yo no sé poner la mente en blanco´. Hay personas que se frustran con ello porque esperan que los pensamientos desaparezcan.
La verdadera manera de poner la mente en blanco o de silenciarla consiste precisamente en parar y escucharse. Escuchar lo que hay en ese momento y dejarlo ir. Con la práctica el número de pensamientos se reduce y ello supone un ahorro considerable de energía.
La diferencia cuando meditamos y cuando no lo hacemos es el control de los pensamientos. Cuando uno medita pone atención y conecta con el presente, lo que llamamos el ´aquí y ahora´; mientras que cuando uno está en todo menos en sí mismo va con su ´cháchara´ mental sin ser consciente de ella y los pensamientos se van encadenando unos detrás de otros.
Encontrar el silencio hace que seamos personas más intuitivas, más creativas y que tomemos decisiones más acertadas. Hace que reduzcamos el estrés y con ello gran número de malestares.
No basta con irse de vacaciones a otro sitio para desconectar y renovar energía, es necesario tomar conciencia de como perdemos la energía y en ello los pensamientos juegan un papel decisivo. Es necesario parar y escucharnos para poder tomar conciencia de ellos.
A medida que practicamos la meditación aportamos conciencia al día a día. Somos más conscientes cuando conducimos, cuando comemos, cuando tenemos una molestia muscular, cuando estamos hablando con una persona y hay algo que no nos gusta…
Párate unos minutos cada día y busca un espacio alejado del ruido, quédate en silencio y escucha lo que hay… con el tiempo tu calidad de vida mejorará significativamente.
Nos vemos en dos semanas… felices vacaciones!
IRENECALATAYUD 