¿Cómo queremos que nos quieran? ¿Cómo queremos a los demás? ¿Es posible querer al otro como lo necesita? ¿Es posible que nos quieran como necesitamos?
Al igual que aprendemos a andar, a comer o a hablar también aprendemos a amar a los demás. La capacidad de amar se va desarrollando a lo largo de nuestro desarrollo evolutivo y a través de las figuras más significativas para nosotros. Posteriormente en la pareja, solemos amar como hemos aprendido a hacerlo a través de nuestras relaciones con lo que llamamos figuras de apego.
No es extraño observar en la pareja cómo, en el fondo, amamos al otro como necesitamos que éste nos ame, pero tal vez no como el otro necesita que lo amemos. Ya en este artículo, las concesiones en la pareja, hablaba sobre el dar y el recibir y el cubrir las necesidades de uno y otro miembro de la pareja, que de alguna manera tiene que ver con los estilos afectivos.
Cuando hablo de estilos afectivos quiero referirme precisamente a esa manera de amar y de mostrarle mi amor al otro miembro, mediante como lo cuido, que es lo que comparto con él, que es lo que permito en la relación, etc. A veces en la manera de mostrarle mi amor al otro lo que quiero es decirle: ´ámame de esta manera`, ´quiero me ames como yo te amo a ti´. Muchas veces actuamos con los otros como nos gustaría que los otros actuaran con nosotros.
Ahora bien, ¿vale cualquier forma de amar? ¿es saludable? ¿hay excepciones?
´Amar´ no es ´necesitar´, ´amar´ no es ´depender´, ´amar´ no es ´sacrificio´ y ´amar´ no es muchas otras cosas… Algunas veces se confunden y se asocian cosas que nada tienen que ver con el amor. Demasiadas veces empezando por las historias y los cuentos infantiles donde las doncellas esperan el príncipe que las rescate y el príncipe debe luchar arduas batallas para conquistar a la princesa. Como de alguna manera a través de los clásicos infantiles y el cine romántico hemos incorporado patrones e ideas que nada tienen que ver con el amor real sino más bien con un amor idealizado e inventado por la industria.
El amor también sigue unos principios. Es importante conocerlos y ver si están presentes en nuestras relaciones de pareja y en el caso de que no los haya ver si se pueden construir o si hay que poner fin a la relación.
En función del estilo afectivo de cada uno de los miembros se van a crear tendencias de aproximación, maneras de resolución de conflictos y en definitiva pautas de relación que permitan crecer en pareja, o por el contario, que impidan el crecimiento de los miembros.
Se puede amar desde el miedo, desde la necesidad o desde la elección consciente. Hay tantas maneras de amar como personas hay en el mundo. Eso sí, donde algunas maneras suman, otras restan. El amor que suma exige condiciones.
Nos vemos a la vuelta… ¡felices fiestas!
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