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Vivir con coherencia

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Una de las cosas que más contribuye al equilibrio personal es precisamente la ´coherencia´. Sentimos que estamos en ´coherencia´ cuando nuestra persona es capaz de mantener unidas diferentes partes de sí de manera que hay una integración entre ellas.

Por ejemplo, alguien puede disfrutar con una idea pero no invertir tiempo en ella, o puede desear una estabilidad en determinado ámbito de su vida y desarrollar acciones justamente opuestas. Es obvio que esto sería lo contrario a vivir en coherencia: sus acciones y sus creencias o sus acciones y sus necesidades no estarían en sintonía.

Las personas somos seres íntegros, globales, holísticos o como le quieras llamar. Cuando hay algún aspecto que no participa de esta integridad nos resentimos.

Siguiendo la filosofía del feng shui las personas somos como una casa con cuatro habitaciones, una física, una mental, una emocional y una espiritual. La mayoría de nosotros tendemos a vivir en una habitación la mayoría del tiempo, pero, a menos que entremos en cada habitación todos los días, aunque sea sólo para mantenerla ventilada, no podemos ser una persona completa.

Estos cuatro espacios: mente, emoción, cuerpo y espíritu están perfectamente conectados entre sí, de tal manera que una afectación en uno hará que los otros se afecten. Si la mente se estresa porque no prioriza tareas o no cuida los límites es fácil que el cuerpo se tense y los músculos se contraigan, por ejemplo.

También puede ocurrir que se afecte una parte pero realmente el desencadenante esté en otra; muchas veces buscamos el origen de algo dónde vemos un reflejo, no necesariamente donde se produjo el desequilibrio.

Sentimos que algo está mal… pero ¿cómo llegó a estar así? ¿Qué camino tomó? Cuando conocemos en qué espacio se ha producido la afectación estamos en mejores condiciones de recuperar el equilibrio. Una planta puede tener una rama marchita y si la cortamos eliminamos la afectación visiblemente, puede que no sea el lugar dónde se produjo sino solamente el lugar en el que se muestra. ¿Dónde residía el problema? ¿En la rama misma por no llegarle nutrientes? ¿Tal vez lo que estaban afectado eran las raíces?

Vivir con coherencia consistirá en que hay una correspondencia entre nuestros espacios, salvando la oposición entre ellos y trabajando en la unidad, haciendo posible que nos sintamos bien de manera íntegra.

Feliz fin de semana!

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