Detrás de algunas situaciones deseadas en nuestras vidas habita este temor, algunas de ellas dónde somos invitados a mostrar la esencia de lo que somos sin máscaras, sin capas, sin escudos en los que refugiarnos.
Una relación íntima, un trabajo dónde se está expuesto y visible a los demás, una actuación en un escenario, una exposición en un debate y tantas otras cosas que demandan una presencia ´sin aditivos´.
¿Qué nos sucede a las personas cuando nos exponemos frente a otras personas? ¿Qué sucede ante el contacto con lo otro, con lo diferente, con lo desconocido?
Por lo general uno quiere causar un impacto positivo o influir, si es el caso por ejemplo de una escena clave para una venta de producto/servicio de su trabajo. Otras veces quiere que le reconozcan una argumentación si fuese el caso de una prueba para una oposición. A veces simplemente es una manera de demostrarse a sí mismo el resultado de un trabajo preparando un debate, una actuación artística, etc.
Razones, las anteriores, suficientes para que se active el deseo de ser visto de una manera determinada y las inseguridades de no conseguirlo. A más deseo y necesidad de conseguir algo más temor a no conseguirlo. A más pretensión por parecer y mostrar una imagen determinada más presión y exigencia, menos contacto en lo que está sucediendo.
Sentirse expuesto significa que miles de miradas críticas empiezan a posarse sobre uno mismo, miles de miradas críticas que al contrario de lo que solemos pensar vienen de dentro, no de fuera. Inmediatamente pueden emergen sensaciones de bloqueo, de control y de quedarse sin saber qué hacer, la voluntad se anula después de que ese juez interno haya empezado a dictar ´sentencia´.
El mecanismo que tiene lugar a continuación es que uno acaba confirmando estas sentencias, como ya sabes, basta creer en algo para crearlo.
Hay también una parte que se empeña en querer mostrar una imagen determinada al otro, anclada a la idea de que de esta manera y sólo de esta manera puede encajar, siguiendo un patrón, siguiendo un ideal, siendo más divino que humano.
Cada vez que alguna situación nos reta a mostrar lo que somos es una oportunidad para dejar a un lado lo que queremos ser y simplemente ser.
¿Qué pasaría si creyésemos que tal y como somos ya encajamos?
Feliz viernes amigos!